Según múltiples estudios, existe una brecha de desigualdad en la participación de las mujeres en los procesos de gestión de riesgos cuando surgen eventos como inundaciones y desastres naturales. Según CATIE, en Nicaragua se constató que, debido a sus roles tradicionales de género , las mujeres sufren de manera directa el impacto climático, las inundaciones, los desplazamientos poblacionales y la falta de servicios, y sus condiciones de vida las hacen más vulnerables a perder sus viviendas y sus recursos productivos frente a cualquier evento como los señalados. Se sabe que la inclusión de las mujeres en los procesos de consulta, planeación, capacitación y toma de decisiones asegura la sostenibilidad de los resultados de los proyectos. Sin embargo, a pesar de ser directamente afectadas por el problema no suelen ser consideradas en la gestión de los proyectos . Como bien señala el PNUD, es importante aumentar la visibilidad de género en la gestión del riesgo: “Cada género tiene roles específicos definidos socialmente, con sus actividades correspondientes, lo cual trae como resultado una divergencia en las experiencias vividas. Para que las políticas y prácticas de gestión de riesgo sean efectivas, se han de tomar en cuenta estas diferencias —al igual que las variadas estrategias de enfrentamiento y adaptación”.

Para el Banco Mundial, las inundaciones en centros urbanos constituyen un serio y creciente desafío, y en especial para aquellos con desventajas sociales, en particular las mujeres y los niños. Por lo tanto, esta operación permite contribuir a disminuir la brecha de desigualdad al minimizar el efecto negativo que producen las inundaciones urbanas sobre las familias aplicando el enfoque de género en el diseño y ejecución del Plan de manejo de riesgo para garantizar que las necesidades tanto de hombres como de mujeres sean contempladas.

Esto se realizará mediante la inclusión de medidas para los hogares en alto riesgo, mecanismos de alerta temprana, planes de emergencia para actuar frente a los eventos de inundación y talleres de capacitación donde se garantizará la participación activa de las mujeres como actoras de cambio. El Plan de manejo de riesgo tomará en cuenta las viviendas en riesgo de inundación y en donde las mujeres, por sus roles tradicionales se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.